CUANDO LA CANTIDAD LE GANÓ EL PARTIDO A LA CALIDAD Y LA ORIGINALIDAD
- mamolopu1980
- 18 jul 2022
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 11 ago 2022
Por: francisco José Aragón Bueno*
Son tiempos de muchos cambios y cada vez son más rápidos; desde lo más cotidiano y rutinario de la vida hasta el consumo de contenidos audiovisuales. En lo que a nosotros respecta, debemos hablar sobre lo que han significado los nuevos hábitos de escucha de música en la industria. Es un hecho que la música no se disfruta como antaño, sin entrar a juzgar si es más o menos, ya que es algo totalmente subjetivo y cada caso personal es diferente. Entonces, ¿cuál es la principal diferencia entre presente y pasado? La fugacidad de las artes.
Actualmente, la música se está reduciendo a una serie de cápsulas efervescentes individuales, como si fuesen medicinas solubles, y es realmente difícil que tengan una larga durabilidad. Hay gente que habla de tres semanas de "vida", más o menos, pero yo diría que para algunas canciones también es en una o dos. Cada vez hay más artistas y, por tanto, más contenido a nuestro alcance. Una vez escuché que antes la gente quería ser futbolista y ahora DJ, y esa persona tenía razón. Y si el consumo masivo de música en medios digitales nos brinda un abanico más amplio de oportunidades, las propias plataformas de streaming contribuyen a que los artistas priven parte del valor de su trabajo con sus incomprensibles algoritmos.
No es ningún secreto a estas alturas que Spotify ha decidido apostar más por la cantidad que por la calidad, lo cual es totalmente comprensible desde el punto de vista empresarial. Dejan claras sus preferencias: cuanto más contenido, más dinero generan para sus bolsillos; algo totalmente lícito. En este punto el testigo pasa a manos de los artistas, que deben decidir entre mantenerse fieles a sus principios y seguir sus instintos creativos para obtener un producto original y refinado, o, por el contrario, agachar la cabeza y continuar con estas "órdenes" para ser recompensados por la plataforma con un producto que puede no estar al 100% de su potencial.
Desde mi punto de vista, esto pierde el valor de la música y yo mismo me siento cómplice de ser absorbido por estas nuevas costumbres. En lugar de disfrutar de un álbum muchas veces durante muchas semanas, buscamos con entusiasmo nuevas canciones todos los viernes, y así sucesivamente durante siete días. Muchas de ellos, muy parecidos entre sí y con poco que aportar, porque copiar al de al lado y seguir las tendencias es más rápido y efectivo que intentar construir tu propio sonido. Consecuencia: excesiva saturación del mercado y falta de personalidad. Y para colmo de males, creo que TikTok tiene otra gran parte de culpa por darle importancia a tan solo 15 segundos de las canciones, factor que ha llevado a muchos artistas a creer que están esclavizados a este criterio.
Por otro lado, me alegra ver que aún a día de hoy se siguen lanzando álbumes, ya que para mí son una de las mayores formas de expresión musical. ¿Qué mejor que un viaje de sonidos que intenta contarte una historia de al menos 40 o 45 minutos? Si bien aún no sé si me acaba de convencer el hecho de despiezarlos para lanzar varios singles previamente, es bueno saber que muchos artistas siguen apostando por formatos de duración extendida (EP) o larga duración (LP). En mi caso personal, estas piezas me han ayudado a crear un vínculo más afectivo con el artista o banda en cuestión, ya que los interpreto como una demostración de su mayor exponente creativo.
Música sobre conceptos
También podría hablar de la falta de originalidad en la elección de los títulos de las canciones, genéricos como mucho en decenas de casos cada semana, pero esta es otra película. De lo que quiero hablar es de gente que crea música a partir de conceptos y los valora más allá de la propia composición.
No quería terminar el artículo sin mencionar la dificultad de cultivar la longevidad de las canciones en estos nuevos tiempos. Escuchar música en directo no es lo mismo que hacerlo en nuestras casas. Y el hecho de que un artista pueda interpretar su música de hace varios meses o años en un concierto ayuda a que no se pierda en el tiempo, para que los fans no la olvidemos y sigamos queriendo escucharla en la soledad de nuestras habitaciones. Pero es sólo una de las muchas formas que encierran este material y creo que detrás de él no se pueden esconder los artistas para no estar a la altura.
Es un buen momento para darle unas vueltas al debate y que cada uno se replantee cómo hacer las cosas a partir de ahora, antes de que la tecnología acabe dominando por completo nuestras decisiones. Creo que la solución que cada uno elegirá será la correcta siempre que sea premeditada, pero todavía hay tiempo de recuperar la esencia del disfrute musical en su plenitud... ¿Seguimos haciendo encuentros en casas para escuchar y compartir música con amigos? Actividad muy recomendable y enriquecedora. Veremos cómo evoluciona el tema y si hemos avanzado; Eso espero para mí.

*Francisco José Aragón Bueno licenciado en filosofía y letras Universidad Santo Tomás Tunja
Definitivamente es una buena reflexión, y desde mi punto de vista creo que es una reflexión necesaria. He pasado por diferentes etapas en la vida (musicalmente hablando), y soy una de las personas que ha caído en seguir "tendencias" y de lo cual no me siento tan orgullosa. Actualmente me encuentro en una etapa donde valoro mucho el proceso que vive el artista (de lo que nos muestra) porque es parte del esfuerzo que hace para mostrar a nosotros (su público) un buen contenido. Soy madre y creo que es importante enseñarle a mi hijo a valorar la buena música.
Buen tema de reflexión, ver los cambios que se dan en el mundo y como se ha revolucionado la parte musical, dejando atrás dinámicas mas artísticas y dando lugar a otros aspectos, que seguro van de la mano con otros cambios que va teniendo la población en general.
Es verdad es una realidad latente que se ve todo los días, y q al parecer no tiene una fecha de caducidad más allá de los malos ritmos y las pésimas letras ha avanzado tanto la tecnología que hasta la voz pueden arreglar de una manera creíble y la verdad en muchos casos el cantante no tiene talento, pero tiene la facilidad económica para pagar una voz que realmente no existe.
Hacen falta estos artículos para que las nuevas generaciones tengan un panorama y contexto de cómo la música pasó de algo extraordinario y mágico, con trabajo y como dice el título con calidad, a algo vano y pasajero, al simple consumo, es una realidad de la sociedad contemporánea, que va ligada al capitalismo salvaje y desenfrenado, de vivir al límite y no detenerte a escuchar alguna pieza de Mozart,,bethoven o bach, de detenerte a pensar a filosofar o a simplemente respirar. Excelete articulo muchas gracias.
Interesante reflexión. En estos tiempos la cantidad supera a la calidad. si bien expones el caso de la música, yo pensaría que eso es solo un reflejo de un verdadero trasfondo que aunque no vemos está presente en nuestra cotidianidad. Vivimos en un mundo donde los adolescentes y adultos jóvenes en su mayoría buscan cosas efímeras. Hoy en día, por ejemplo, existe un desprecio por relaciones con un propósito de vida a largo plazo, es "mejor" conocer mucha gente que entra y sale de la vida de una persona, al igual que ya muy pocas personas desean tener hijos porque esto trae una responsabilidad de por vida. Otro ejemplo es que pocos desean comprar un techo donde asentarse sino buscan…